Los dos hermanos comparten mucho más que su condición de gemelos. Apasionados de los deportes náuticos desde sus años de estudiantes, daban clases de windsurf en el norte de Francia, su tierra natal. Hoy siguen reuniéndose siempre que pueden para practicar wingfoil en distintos rincones del mundo. Pero también comparten una pasión (algo más sedentaria) por la arquitectura y la belleza de la piedra.
Thomas la ha canalizado desde 2014 con sus seis agencias especializadas en propiedades de alto standing en Cataluña y Francia, así como con su empresa dedicada al sector inmobiliario corporativo.
Desde 2020, con Otoctone, Ignace desarrolla una colección única de alojamientos confidenciales pensados para una desconexión total, ubicados en parajes naturales extraordinarios: en la montaña o, una vez más, junto al agua.